En el mundo de la energía existen numerosos conceptos y abreviaturas, pero pocos son tan importantes como el kilovatio (kW). De ahí, que comprender lo qué significa y la razón de su importancia sea clave para entender, y gestionar correctamente, los costes energéticos de cualquier empresa.
¿Qué es el kW?
El kW es la unidad que mide la potencia eléctrica. Su nombre proviene de “kilo”, que significa mil, y “vatio”, que es la unidad de potencia del sistema internacional. Por lo tanto, un kilovatio equivale a 1000 vatios.
Se cuantifica en kilovatios la cantidad de potencia que necesita un aparato electrónico para funcionar y también la cantidad de potencia que puede soportar una instalación eléctrica. Esto último viene indicado en las facturas de la luz como “término de potencia” e indica cuántos dispositivos electrónicos puedes usar al mismo tiempo sin que salten los plomos.
A más potencia contratada, más aparatos podrán funcionar de forma simultánea. Saber esto es esencial, ya que ajustar el término de potencia al consumo real de una empresa puede suponer un gran ahorro.
Dicho de otro modo: si se contrata una potencia superior a la necesaria, se pagará más en la factura sin llegar a utilizarla, ¡pero una potencia inferior puede provocar cortes de luz durante posibles picos de consumo!
Eso sí, lo que hay que tener claro es que nunca hay que confundir kW con kWh, que es la cantidad de energía que se consume en una hora.
Cómo calcular los kW necesarios para tu empresa
Cada elemento conectado a la red eléctrica requiere una potencia concreta para funcionar. Desde las bombillas hasta los ordenadores, pasando por las cámaras frigoríficas y la maquinaria industrial. Por lo tanto, calcular la potencia que debes contratar para tu empresa es bien sencillo: solo tienes que sumar los kW que gastan todos los dispositivos que sueles utilizar al mismo tiempo. La cantidad que pagarás vendrá de multiplicar la potencia que necesites, y contrates, por el precio del kW.
Además, es importante no perder de vista los picos de consumo, especialmente en empresas con maquinaria donde puede aumentar la demanda energética en determinados momentos.
Si cuentas con estos factores, podrás contratar una tarifa de luz apropiada, que garantice un suministro constante y evite cortes de energía inesperados que afecten de forma negativa a tu producción.
