¿Qué es el efecto fotovoltaico?

El efecto fotovoltaico es el fenómeno físico por el cual determinados materiales semiconductores, como el silicio, generan un voltaje y una corriente eléctrica continua cuando reciben luz. Es decir, la energía lumínica —expresada en fotones que representan la radiación solar— se convierte en energía eléctrica.

El funcionamiento de los paneles solares fotovoltaicos se basa en este proceso. En los sistemas de autoconsumo fotovoltaico, este principio permite generar electricidad en viviendas, comercios e industrias, reduciendo las pérdidas en la red y la dependencia de la generación centralizada.

¿Cómo se produce el efecto fotovoltaico?

El efecto fotovoltaico se produce cuando los fotones (que son las partículas elementales que constituyen la luz y toda la radiación electromagnética) son absorbidos por el semiconductor de la célula fotovoltaica o solar (el dispositivo que permite transformar la luz solar en electricidad).

En esta fase de absorción, la energía de los fotones excita los electrones (que son partículas elementales con carga eléctrica negativa), liberándolos de sus átomos. Para recoger la carga, la célula genera un campo eléctrico interno que separa estos electrones antes de que se recombinen. Cada célula fotovoltaica tiene capas de materiales tipo ‘n’ (con exceso de electrones) y tipo p’ («huecos» donde faltan electrones). Conectados mediante un circuito externo, los electrones fluyen desde el lado ‘n’ al ‘p’ atravesando la carga y creando un flujo de electrones que es la corriente eléctrica continua (CC), como la de una batería o un panel solar.

Esta electricidad se recoge a través de contactos metálicos y puede emplearse directamente o convertirse –a través de un inversor– en corriente alterna (CA), es decir, la que usamos en casa o en nuestra empresa para hacer funcionar la maquinaria y los dispositivos.