Cada vez es más común encontrar colectores solares en los tejados de empresas, industrias e incluso hogares. Es posible que los hayas visto y los hayas confundido con placas solares fotovoltaicas. Es cierto que se parecen, y que ambos dispositivos sirven para aprovechar la energía del sol, pero lo hacen de maneras completamente distintas. Si quieres saber qué es un colector solar y cómo funciona, o si esta tecnología es apropiada para tu negocio, debes seguir leyendo.

¿Qué es un colector solar?

Un colector o captador solar, también conocido como panel o placa solar térmica, es un dispositivo diseñado para absorber el calor del sol y utilizarlo para calentar sistemas de calefacción y agua caliente sanitaria. 

A diferencia de los paneles solares fotovoltaicos, la principal función de un colector solar no es la generación de energía eléctrica, sino el aprovechamiento térmico de la radiación solar. Esto no significa que un colector solar no pueda generar electricidad. Entre los diferentes tipos existentes, también los hay con capacidad para alcanzar altas temperaturas  y transformar el agua en vapor que moverá las turbinas de un generador. 

¿Cómo funciona un colector solar?

Básicamente, el funcionamiento de un colector solar suele ser el siguiente:

1. La placa solar térmica capta la energía del sol mediante una superficie absorbente, normalmente de color oscuro, protegida por una cubierta transparente que incrementa su temperatura con la radiación y permite reducir las pérdidas de calor.
2. Bajo la superficie absorbente circula un fluido que recoge el calor, este puede ser directamente agua, pero también algún tipo de aceite térmico que caliente el agua de un tanque de almacenamiento. 
3. Este agua caliente podrá proporcionar agua caliente sanitaria, alimentar sistemas de calefacción o impulsar procesos industriales, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles 
4. El sistema puede estar auxiliado por una bomba o funcionar por termosifón e, incluso, combinarse con células fotovoltaicas o trabajar conjuntamente con una caldera de gas o un termo eléctrico.

Los colectores solares son sinónimo de energía renovable, ahorro energético y reducción de emisiones contaminantes. Y en un país como España, con más de 300 días de sol al año y una media de 2500 horas de sol anuales, suponen una solución energética que, sin duda alguna, conviene valorar.