El auge de las energías renovables ha impulsado la proliferación de centrales solares fotovoltaicas por toda la geografía española. Estas instalaciones, que transforman la luz de nuestro astro rey en electricidad, son pilares fundamentales de la transición energética de la que somos partícipes. ¡Descubre qué es una central fotovoltaica, cómo funciona y los distintos tipos que existen!
¿Qué es una central fotovoltaica?
Una central o parque fotovoltaico es una instalación, formada por placas solares, que convierte la radiación del sol en energía eléctrica gracias al efecto fotovoltaico. Dicho efecto se produce porque las células solares fotovoltaicas, que conforman las placas, están fabricadas de silicio u otros materiales semiconductores capaces de absorber los fotones de la luz solar y liberar electrones, generando electricidad de corriente continua.
¿Pero cómo llega esa energía eléctrica hasta los interruptores de nuestras casas y oficinas?
Primero, la electricidad será enviada a un inversor que transformará la corriente continua en corriente alterna apta para el consumo y, segundo, pasará a un transformador que adaptará su tensión e intensidad para que pueda ser transportada por la red eléctrica hasta los distintos puntos de suministro.
¿Qué tipos de centrales fotovoltaicas existen?
Las centrales solares fotovoltaicas pueden clasificarse en atención a los siguientes criterios:
Según la conexión
- Centrales fotovoltaicas conectadas a la red. Dentro de esta categoría podemos, a su vez, diferenciar entre:
- Centrales fotovoltaicas para vertido a red. En estas, el productor vuelca a la red eléctrica toda la energía que produce su planta solar, lo que le permite generar ingresos por la venta de electricidad.
- Centrales fotovoltaicas para autoconsumo. Se trata de aquellas donde el productor consume la totalidad o una parte de la electricidad que generan sus paneles solares, lo que reduce su dependencia de la red eléctrica al igual que sus costes energéticos.
- Centrales fotovoltaicas no conectadas a la red. Las conocidas como centrales solares aisladas, operan en isla y se ubican en zonas remotas sin conexión a la red eléctrica (plantaciones agrícolas, casas rurales…) con el fin de asegurar un suministro continuo.
Según la ubicación
- Centrales fotovoltaicas tradicionales. Son aquellas a las que estamos más acostumbrados y que solemos ver en suelos o tejados.
- Centrales fotovoltaicas flotantes. A diferencia de las anteriores, estas se instalan en pantanos, embalses o mares, y entre sus múltiples ventajas están el aumento de la producción por una mejor refrigeración.
Además de todas las anteriores, también existen las centrales híbridas, que son aquellas donde se combina la energía solar con otras fuentes limpias y renovables, como la eólica o la hidroeléctrica.