La tensión nominal está muy presente en nuestro día a día. Si le das la vuelta a tu tostadora o miras debajo del cargador de tu cepillo de dientes verás que indica “220-240 V”. Esto expresa el voltaje o tensión eléctrica del aparato en cuestión y está directamente relacionado con la tensión nominal. Te explicamos por qué.
¿Qué es la tensión nominal?
La tensión nominal se expresa en voltios (V) e indica el voltaje para el cual ha sido diseñado un dispositivo o instalación eléctrica. Es decir, aquel con el que funcionará de manera segura y eficiente.
Mientras que en la mayor parte de América es de 120 voltios, en buena parte de Europa, incluida España, la tensión nominal ronda los 230 voltios. Por esa razón, los electrodomésticos que compramos en esta parte del mundo tienen un rango de 220-240 V, porque están diseñados para funcionar correctamente dentro de ese margen de tolerancia que existe en torno a la tensión nominal.
Debes saber que, en España, la tensión nominal es de 230 voltios en las instalaciones monofásicas, las habituales en nuestros hogares, pudiendo llegar a 400 voltios en las instalaciones trifásicas, las de uso industrial.
Todo elemento que se alimente de energía eléctrica debe garantizar un funcionamiento tan eficaz como seguro, por eso el fabricante debe indicar de forma clara y concisa la tensión nominal de cada uno de sus productos.
¿Cómo se mide la tensión nominal?
La tensión nominal se mide con un voltímetro, un aparato capaz de cuantificar la diferencia de potencial eléctrico, o tensión, entre dos puntos de un circuito, o con un multímetro, un dispositivo multifuncional que, además de la tensión eléctrica (voltios), también mide la corriente eléctrica (amperios) y la resistencia eléctrica (ohmios).
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Los voltímetros pueden ser analógicos, los que utilizan una aguja y una escala graduada para indicar el valor del voltaje, o digitales, aquellos que muestran la medición en una pantalla digital (LCD), y proporcionan mediciones tanto para corriente alterna (CA) como para corriente continua (CC).
Se trata de una información crucial porque ayuda a evitar las sobrecargas y daños que provocaría el uso de un equipo con una tensión distinta de aquella para la que está diseñado. Por ello, la tensión nominal está presente en todo tipo de productos eléctricos, desde componentes electrónicos hasta electrodomésticos, pasando por instalaciones industriales.