La potencia reactiva es un concepto clave cuando de eficiencia energética y ahorro de costes se trata. Entender cómo se mide y se calcula la potencia reactiva es esencial para comprender el comportamiento de los sistemas eléctricos y saber cómo mejorarlos. Por eso, a continuación te contamos todo lo que necesitas saber sobre este interesante parámetro.
¿Qué es la potencia reactiva?
La potencia reactiva viene representada por una Q, se mide en voltiamperios reactivos (var) y aparece en las instalaciones eléctricas cuando se utilizan aparatos que necesitan crear campos magnéticos y eléctricos para funcionar. Es decir, que tienen bobinas y condensadores.
La potencia reactiva no es una potencia realmente consumida en la instalación, ya que no produce trabajo útil, pero es necesaria para mantener la tensión y la corriente en fase en los circuitos eléctricos que tienen componentes reactivos, lo que asegura su correcto funcionamiento y evita la sobrecarga de los equipos eléctricos.
Sólo se incluye en la factura cuando el consumo de energía reactiva es significativo (artículo 9.3 del RD 1164/2001, de 26 de octubre) y se aplica a modo de penalización en función de la potencia contratada.
¿Cuáles son las modalidades de potencia reactiva?
Dependiendo de los dispositivos presentes en la instalación, la potencia/energía reactiva que aparece puede ser inductiva o capacitiva. Estas se compensan entre sí, por lo que al final solo puede haber energía de uno de los dos tipos.
- Potencia/energía reactiva inductiva: aparece en las instalaciones eléctricas, básicamente, cuando tenemos dispositivos que funcionan con bobinas. Por ejemplo, cualquier electrodoméstico que necesite transformadores, motores (frigoríficos y congeladores), compresores (aire acondicionado), tubos fluorescentes… La potencia reactiva inductiva se mide en var y se representa por un valor positivo.
- Potencia/energía reactiva capacitiva: aunque no es tan común, surge cuando en la instalación disponemos de baterías de condensadores, iluminación tipo LED, ordenadores o cables enterrados. La potencia reactiva capacitiva se mide también en var y se representa por un valor negativo.
La potencia reactiva total en un sistema eléctrico es la suma algebraica de la potencia reactiva capacitiva y la potencia reactiva inductiva.
¿Cómo se calcula la potencia reactiva?
La potencia reactiva se calcula multiplicando la corriente y el voltaje de un circuito por el seno del ángulo de desfase entre ambos.
Dicho ángulo de desfase representa la diferencia de fase entre la corriente y el voltaje en un circuito producida por la presencia de componentes inductivos y capacitivos. Cuanto mayor sea este ángulo de desfase, mayor será la potencia reactiva consumida por el circuito.
Un exceso de energía reactiva puede provocar todo tipo de problemas en un circuito eléctrico, que van desde la pérdida de potencia en las instalaciones hasta el sobrecalentamiento en los circuitos, pasando por la reducción de la capacidad de la instalación. Para evitar este tipo de problemas, sin sacrificar la energía reactiva, se utilizan condensadores capaces de compensar dicho exceso.
¿Cómo se mide la potencia reactiva?
Conforme hemos indicado, la potencia reactiva se mide en unidades de voltiamperios reactivos (var), y para ello se utiliza un instrumento llamado medidor de potencia reactiva que se conecta en paralelo con el circuito eléctrico.
Dicho dispositivo mide la diferencia de fase entre la corriente y el voltaje, y utiliza esta información para calcular la potencia reactiva consumida por el circuito. También pueden utilizarse analizadores de redes eléctricas que miden la potencia reactiva en tiempo real y permiten visualizar la cantidad de dicha potencia que, en un momento dado, está presente en el sistema eléctrico.
Estas mediciones son útiles para optimizar la eficiencia energética de los sistemas eléctricos y reducir el gasto de energía. Lo que repercutirá en el importe de nuestra factura.