¿Qué es un cortocircuito?
Un cortocircuito es un fallo eléctrico que ocurre cuando dos conductores de polos opuestos entran en contacto directo o un conductor activo con la tierra. Esto provoca que la corriente aumente de forma súbita, lo que a su vez puede provocar un sobrecalentamiento, un arco eléctrico y el disparo de las protecciones de la instalación eléctrica.
Los cortocircuitos pueden producirse por distintas causas como, por ejemplo, dispositivos defectuosos, un aislamiento deteriorado, humedad, conexiones defectuosas u objetos metálicos que unen fase con neutro o tierra.
¿Cómo prevenir un cortocircuito?
Aunque a veces es muy difícil de prever un cortocircuito, como por ejemplo en el caso de dispositivos defectuosos, sí hay algunos tips para minimizar el riesgo de este tipo de fallos eléctricos.
- No compres materiales de bajo coste. Lo barato sale caro y los componentes de calidad aguantan mucho mejor el deterioro y los picos bruscos de tensión.
- Ten al día tu instalación eléctrica. Si tu instalación tiene muchos años, se incrementa exponencialmente el riesgo de cortocircuito. Invertir en renovarla es la mejor decisión que puedes tomar.
- Evita saturar los enchufes. Cuantos más dispositivos conectados a la vez, mayor es el riesgo de sobrecalentamiento y de consiguiente fallo eléctrico.
- Mantén alejados los dispositivos de fuentes de agua. Por ejemplo, en áreas como la cocina o el baño.
¿Qué hacer ante un cortocircuito eléctrico?
En el caso en que se produzca un cortocircuito en el lugar de trabajo estos son los pasos a seguir:
- En primer lugar, y lo más importante: apagar de inmediato el dispositivo causante del cortocircuito y dejar de trabajar.
- Una vez apagado, procurar no tocar equipos dañados ni cables.
- Avisar a técnicos especializados.
- Si hay presencia de humo, o fuego, evacuar las instalaciones y llamar al 112.
Es importante tener creado un protocolo de actuación en caso de cortocircuito que marque las pautas para minimizar los daños y recuperar el ritmo de trabajo lo antes posible.