La temperatura ideal para una oficina es distinta dependiendo de a quién le preguntes y no siempre será fácil marcar un rango que garantice el confort de toda la plantilla. Para dilucidar la cuestión, nada mejor que repasar la distinta normativa patria que se ha ocupado de determinar cuáles son los valores térmicos ideales para trabajar. Unos rangos de temperatura que, como empresario, debes conocer, no solo para evitar posibles sanciones sino, he aquí lo importante, porque cada grado que suponga una menor necesidad de calefacción o refrigeración puede suponerte un ahorro del 7 % del consumo.
Normativa española sobre temperatura en oficinas
No son pocas las regulaciones y recomendaciones que, durante las últimas décadas, se han publicado en España con el objetivo de impulsar una adecuada gestión y un consumo eficiente de energía en los sistemas de climatización de los edificios y locales, especialmente en las administraciones públicas, centros comerciales, espacios culturales, aeropuertos, estaciones y, por supuesto, oficinas. Aquí tienes un listado de las principales:
- El Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.
- La guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la utilización de los lugares de trabajo del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT).
- El informe sobre Bienestar térmico en un espacio climatizado del Instituto para la Diversificación y el Ahorro (IDEA).
- El Real Decreto 1027/2007, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE).
- El Real Decreto-ley 14/2022, de 1 de agosto, de medidas de sostenibilidad económica en el ámbito del transporte, en materia de becas y ayudas al estudio, así como de medidas de ahorro, eficiencia energética y de reducción de la dependencia energética del gas natural.
¿Cuál es la temperatura ideal en una oficina?
El Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, establecía que la temperatura en locales cerrados donde se llevaran a cabo trabajos sedentarios debía estar comprendida entre los 17 y los 27 ºC. Un umbral térmico que el INSHT, en su guía técnica, acotó estableciendo como óptima en oficinas una temperatura entre 20 y 24 ºC en invierno, y entre 23 y 26 ºC en verano.
Posteriormente, tanto el informe sobre bienestar térmico del Instituto para la Diversificación y el Ahorro como el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) redujeron aún más esa horquilla, estableciendo los siguientes valores: 21-23 ºC en invierno para los sistemas de calefacción y 23-25 ºC en verano para los sistemas de refrigeración.
Parámetros térmicos que se vieron nuevamente aminorados a causa del conflicto en Ucrania, mediante el plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización que supuso el Real Decreto-ley 14/2022, de 1 de agosto. Dicha norma modificó la limitación de temperaturas de calefacción y refrigeración a 19 y 27 ºC, respectivamente. Medida que estuvo vigente hasta el 1 de noviembre de 2023, por lo que, a día de hoy, vuelve a ser de aplicación el rango térmico establecido en el RITE.
Cómo mejorar la eficiencia energética de una oficina
Velar por la eficiencia energética en una oficina permite minimizar el impacto ambiental de la actividad, reducir gastos en las facturas de suministros y mejorar tanto la imagen corporativa como el bienestar de los empleados.
Las siguientes son algunas de las mejores formas para lograr una oficina eficiente:
- Cambiar las bombillas tradicionales por iluminación led, que consume menos energía y tiene una vida útil más larga.
- Aprovechar al máximo la luz natural, reduciendo así la necesidad de iluminación artificial y climatización.
- Sustituir los equipos de trabajo antiguos por otros nuevos con alta eficiencia energética y bajo consumo certificado.
- Desconectar los equipos electrónicos cuando no estén siendo utilizados.
- Realizar las tareas de mantenimiento necesarias en los sistemas de calefacción y aire acondicionado para garantizar que siempre funcionen de la forma más eficiente posible.
- Cambiar el aislamiento de puertas y ventanas para evitar fugas y mantener una temperatura ideal con un gasto mínimo en energía.
- Elegir tarifas de luz que se ajusten a las necesidades de tu empresa, que tengan en cuenta aspectos como tus horarios de mayor consumo y la potencia que requieren tus instalaciones.
Hacer más sostenible tu oficina es beneficioso para tus empleados, tu negocio y, por supuesto, para el medio ambiente. Y lo mejor: cuesta poco y ¡ahorrarás mucho dinero!