Crear un plan de eficiencia energética para la empresa es la mejor manera de ser sostenible y ahorrar en las facturas de la luz. Dos necesidades que no solo ayudan a fomentar un entorno más saludable sino que además influyen de forma muy positiva en la reputación de cualquier negocio. ¿Te interesa saber cómo confeccionar un plan de eficiencia energética para tu empresa? Sigue leyendo.
¿Qué es un plan de eficiencia energética?
Un plan de eficiencia energética es una estrategia diseñada para ajustar al máximo el consumo de energía de una empresa, y que incluye diferentes etapas como análisis del consumo, determinación de objetivos, establecimiento de acciones y seguimiento.
Los planes de eficiencia energética están a la orden del día en las empresas españolas, ya que sus beneficios van mucho más allá del ahorro energético y económico. Estar concienciado con un uso responsable de la energía mejora considerablemente la percepción de los negocios. Así que… ¡no te quedes atrás!
¿Cómo hacer un plan de eficiencia energética para tu empresa?
En manos de los especialistas apropiados, desarrollar un plan de eficiencia energética no resulta tan complicado, especialmente si tienes claros los pasos a seguir. ¡Descubre cómo plantearlo y cómo ejecutarlo!
Análisis
El primer paso para la creación de un plan de eficiencia es realizar una auditoría energética, es decir, un estudio exhaustivo del consumo actual de la empresa.
Para ello es necesario que registres la cantidad de energía que consumen todos los equipos y procesos, algo que será fundamental para identificar las áreas de mayor consumo y los patrones de uso energético (punto en el que será crucial conocer los hábitos de consumo de tus propios empleados).
Además, debes identificar las áreas de mejora, examinar la idoneidad de la potencia contratada y revisar las instalaciones a fin de comprobar si hay pérdidas de energía.
Objetivos
Una vez completado el análisis, es necesario establecer metas claras y realistas. Lo que en inglés se conoce como objetivos SMART: Specific (específicos), Measurable (medibles), Achievable (alcanzables), Relevant (relevantes), Time-bound (con tiempo determinado).
Por ejemplo, un primer objetivo que podrías marcarte es reducir el consumo de energía un 15 % en los próximos 12 meses.
No olvides la importancia de que los objetivos estén alineados con la estrategia general de sostenibilidad de la empresa y se pueda contar con el compromiso de los diferentes estamentos de la compañía. ¡Todos los equipos deben remar en la misma dirección para poder alcanzar los fines propuestos!
Acciones a llevar a cabo
Para alcanzar los objetivos marcados en la fase anterior es necesario definir qué acciones específicas deben realizarse y de qué modo.
Algunas acciones que puedes implementar son: actualizar la maquinaria industrial (los aparatos más modernos consumen menos), instalar iluminación LED (esta puede reducir el consumo de luz hasta en un 80 %), mejorar el aislamiento térmico (especialmente, en puertas y ventanas) o instalar paneles solares (suponen un ahorro en la factura desde el primer día).
Un consejo: mejor empieza por las acciones que ofrezcan un mayor ahorro energético y retorno de la inversión (ROI), así será más sencillo implementar el resto de actuaciones. Para ello, será necesario que tengas en cuenta tanto la inversión que conlleva cada acción planteada como el tiempo necesario para ejecutar cada una de ellas.
Seguimiento y revisión
Mantener un seguimiento estrecho y revisar, de forma habitual, cada aspecto del plan de eficiencia energética es imprescindible para asegurar el éxito de esta iniciativa.
Es necesario que establezcas un sistema de monitoreo continuo que te ayude a evaluar el progreso hacia tus objetivos, lo que incluirá una recopilación regular de los datos de consumo energético y la comparación constante con las metas establecidas. Además, habrá que realizar ajustes sobre las estrategias y acciones en base a los resultados que se vayan obteniendo, asegurando así que cualquier posible desviación sea corregida de la forma más apropiada.
Poner en marcha un plan de eficiencia energética no solo reduce gastos en la empresa, también mejora su sostenibilidad ambiental, fortalece su reputación y, en definitiva, garantiza un futuro más saludable y productivo para todos.